Review: The Nest

Carrie Coon y Jude Law brillan en el esperado regreso de Sean Durkin a la gran pantalla.

Carrie  Coon y Jude Law en The Nest.

Hace nueve años Sean Durkin deslumbró al mundo con la sorprendente y ambiciosa Martha Marcy May Marlene. Un thriller psicológico en el que el director novel exhibió un estilo directo y electrizante que cautivó a la crítica de forma unánime. Su segundo largometraje se ha hecho esperar hasta este nefasto 2020 que, a pesar de todo, nos ha regalado unas cuantas alegrías cinéfilas. Una de ellas, esta pequeña joya llamada The Nest

Nos situamos a mediados de los 80. Rory (Jude Law), un empresario inglés de ambición desenfrenada, vive una vida idílica junto a su mujer Alison (Carrie Coon) y sus dos hijos en una zona rural de EEUU. Tras recibir una suculenta oferta de trabajo, decide regresar a su Londres natal y llevarse consigo a su familia. La felicidad del patriarca se opone al descontento que el resto de la familia intenta maquillar. Pero a medida que pasan los días, su disgusto se va haciendo mayor y las relaciones entre los cuatro se empiezan a tensar. Rory, volcado en los negocios y motivado por la codicia, pone en riesgo la economía familiar. A medida que sus vidas se desmoronan más y más, vuelven a aflorar los conflictos no resueltos del pasado.


The Nest se encuentra a medio camino entre el thriller psicológico y el drama familiar, con un marcado tono crítico hacia el materialismo y la ambición desenfrenada, que en última instancia solo lleva a la insatisfacción y al resentimiento. Esta ambición enfermiza de la que nos habla Durkin va estrechamente relacionada con el mundo burgués, tan consumido por las apariencias y la necesidad de tener siempre más. Estas cualidades están representadas en Rory, que esconde sus inseguridades personales y económicas bajo los objetos materiales de los que ostenta. 



El guion de Durkin es imperfecto pero muy hábil. Los personajes van adquiriendo forma a través de punzantes y agudos diálogos en los que hace falta leer entre líneas. Los silencios, miradas y gestos resultan tan o más importantes que las mismas palabras y forman parte de ese juego ambiguo que mantiene la tensión de la cinta elevada en todo momento. 


Aunque donde verdaderamente destaca Durkin es en la dirección. Fiel a su estilo directo pero pausado, nos sumerge gradualmente en una atmósfera cada vez más asfixiante y cargada, que alcanza su clímax en una de las mejores escenas de la película. El encargado de la fotografía es Mátyás Erdély, a quién la mayoría de nosotros conocimos en la impactante El hijo de Saúl, que realiza un trabajo excelente. Los tonos sombríos que marcan el compás visual de la película nos transmiten el decadente estado de ánimo de los personajes. La combinación de primerísimos planos con perspectivas exteriores generales nos sitúa en un clima opresivo y angustioso. 


 

Pero es en el terreno actoral donde la película encuentra su mayor fuente de éxito, pues el dúo  protagonista está realmente afinado. Un inmenso Jude Law compone en The Nest una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha. Soberbio en su retrato del hombre neurótico desgastado por la ambición. Inicialmente más contenido y a medida que avanzan los minutos cada vez más obsesivo y descontrolado, pero sin ceder a la sobreactuación en ningún momento. Aunque quien se lleva la palma es Carrie Coon. No es ninguna sorpresa. Los que hemos visto The Leftovers sabemos de antemano de lo que es capaz esta gran actriz, una de las mejores –y más infravaloradas– del panorama norteamericano actual. Cada gesto y mirada de la actriz es una ventana al mundo interior de Alison, una mujer sensible y serena, la que mantiene los pies en el suelo de la relación y paga las consecuencias por ello. Nos transmite su creciente inestabilidad emocional y despierta en nosotros una profunda empatía, resultando absolutamente cautivadora.


Alison (Carrie Coon) con el cigarrillo que la acompaña durante toda la película

The Nest es compleja y ambiciosa, algo irregular y por momentos hasta brillante. Quizás un peldaño inferior a su predecesora, Martha Marcy May Marlene. Se cuece a fuego lento y requiere cierto tiempo de reflexión y digestión, pero el resultado final es muy gratificante


No le auguro un largo recorrido en la temporada de premios, aunque en las categorías actorales podría dar la sorpresa. Law y Coon están nominados en los Gotham Awards, la primera parada de la temporada de premios, y quién sabe si repetirán nominación en los Independent Spirit. Los Oscars están demasiado lejos de su radar y las categorías actorales están muy pobladas. Aunque sería una agradable –y merecida– sorpresa poder decir “Academy Award Nominee Carrie Coon”.

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